Compositores de la Nueva España

 Las Mentes Detrás de las más bellas composiciones Coloniales

Animación del libro donde están las obras de Hernando Franco y un fragmento del Magnificat


Pedro Bermúdez

Pedro Bermúdez nació en 1558 y falleció en torno a 1605.

Fragmento del Salve

 Tras recibir lecciones de maestros de capilla , él mismo se convirtió en maestro de la capilla de Antequera el 25 de agosto de 1584. Colaboró luego en el funcionamiento de la Capilla Real granadina. Gracias al obispo de Cuzco, Antonio de la Raya, Bermúdez cruzó el océano en 1595 para convertirse en maestro de capilla de la catedral cuzqueña. Tras un tiempo en Guatemala, el músico viajó a Puebla de los Ángeles, donde se afincó para ocuparse de la misma labor en la capilla de la catedral. Es muy probable que alternase los ensayos del coro con la composición. De hecho, el legado musical de Bermúdez incluye misas, antífonas, himnos y otras obras que, en buena medida, pertenecen hoy al patrimonio guatemalteco. Destaca mucho debido a su gran influencia en el Cantar de Mio Cid.El veterano maestro de capilla mantuvo su plaza en Puebla hasta 1603. Se cree que dos años después Pedro Bermúdez murió en esta misma ciudad.

Juan Gutiérrez de Padilla

Juan Gutierrez  de Padilla

Nace en Málaga, Reino de Castilla en el año de 1590. Sus padres fueron Juan Gutiérrez de Padilla y Catalina de los Ríos. Lo ingresaron en el Colegio de San Sebastián de la Catedral de Málaga, bajo el magisterio de Francisco Vázquez, donde sirvió como niño cantor. Ahí recibió sus primeras lecciones de canto llano y de canto de órgano. Llega a México entre 1620 y 1622. Ingresó como maestro asistente  de la Catedral de Puebla. A los pocos años Gutiérrez de Padilla tanto entrenaba al coro como componía chanzonetas y villancicos, como los que escribió para las festividades del Corpus Cristi de 1628.El cabildo catedralicio lo nombró para sucederlo en el puesto de Maestro de Capilla el 25 de septiembre de 1629. En 1634 se le distinguió como racionero por parte del Consejo de Indias. El 1 de agosto del mismo año fue despedido  por el cabildo, sin embargo, fue restituido en su puesto un mes después. Murió en la catedral de Puebla el 8 de abril de 1664.

 Se conservan cuatro misas y varias piezas en latín, pero el grueso de sus obras lo constituyen los villancicos  que se encuentran en dos archivos: uno el contentivo de cabildo de la Catedral de Puebla con siete juegos de villancicos pertenecientes a los años de 1551, 1552, 1553, 1555, 1556 y 1557 a ocho voces, además el de 1559 a siete voces; y el archivo de la Colección Sánchez Garza en el CNIDIM, donde se han hallado trece obras de Gutiérrez de Padilla de las cuales doce son villancicos. La última es el motete Mirabilia Testimonia  a ocho voces, basado en el texto del Salmo 118, interpretada en la hora nona del tiempo Pascual, de esta solo se conserva una parte.

Hernando Franco

Hernando Franco

Franco, Hernando (o Fernando) Nació en Galizuela de la  Serena (Badajoz) España en 1532, y murió en la Ciudad de México el 28 de Noviembre de 1585. .

Se formó  en la catedral de Segovia, donde fue infante y mozo de coro entre 1542 y 1549. Entre 1549 y 1561 fue maestro de capilla de un hospital del rey de Portugal en Lisboa . Embarcó hacia las Indias entre 1550 y 1561. . Hernando Franco fue cura y maestro de capilla en las catedrales de Santo Domingo  y Santiago de Cuba. Hacia febrero de 1564 se trasladó a Guatemala, acompañando al obispo Bernardino de Villalpando, cuando éste pasó desde la sede de Cuba a la de Guatemala. Los primeros cargos de Hernando Franco en Guatemala fueron eclesiásticos.Fue cura en diversas poblaciones situadas en el actual El Salvador. Su fructífera labor evangelizadora en estas localidades fue premiada con el cargo de maestro de capilla de la catedral de Santiago de Guatemala, que ejerció durante varios años (c. 1569-c. diciembre de 1574). La última década de su vida transcurrió en Ciudad de México, donde fue maestro de capilla de la catedral desde mayo de 1575 hasta su muerte.

 Las obras de Hernando Franco son hasta el momento las más tempranas muestras de música hispana conocidas en América. Se han localizado en torno a setenta composiciones suyas, todas manuscritas y en latín. Además se atribuyen a Hernando Franco dos piezas polifónicas en lengua náhuatl incluidas en el Códice Valdés que son las primeras composiciones conocidas en lengua indígena americana escritas con notación mensural blanca, típica de la polifonía renacentista europea.

Ignacio de Jerusalem

Ignacio de Jerusalem

Nació en Lecce, Italia en 1707, en aquel entonces bajo el dominio español, Ignacio de Jerusalém comenzó sus estudios musicales en su ciudad natal bajo la influencia cultural de Nápoles. En 1732 viajó a España. En 1742, recibe una oferta para viajar a México en el Teatro Coliseo de la Ciudad de México. A partir de 1746 comienza a componer obras para la Catedral. 

A mediados del siglo XVIII la música italiana había conquistado definitivamente el público y la nobleza ibérica, sobre todo de Nápoles. La mayoría de ellos llegaba a España con la esperanza de encontrar el éxito y de establecerse con su familia en alguna ciudad de provincia. Giuseppe Cristofani, Gregorio Panseco, Luigi Catalani son solo algunos los nombres de los compositores y violinistas que de Italia pasaron a España y de ahí a América. De todos ellos, uno solo logró alcanzar un éxito considerable capaz de superar su época: Ignazio Gerusalemme, hoy mejor conocido como Ignacio de Jerusalém. Tuvo una predominante influencia de la escuela barroca napolitana en la música de Ignacio de Jerusalém. Se caracteriza por melodías  claras y sencillas, por armonías y ritmos amables y elegantes, libres de cualquier extravagancia y en muchos sentidos anticipadores de ese estilo galante y neoclásico que en esos mismos años estaba comenzando a difundirse por toda Europa. Murió en 1769.


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